La mayoría de fabricantes recomiendan cambiar el líquido de frenos entre 2 y 4 años o entre 60.000 y 80.000km, lo que antes ocurra, ya que a partir de esa fecha su rendimiento empeora.
El líquido de frenos es un fluido higroscópico. Esto quiere decir que absorbe y atrae la humedad del aire.
Si se excede un 3% de agua, el sistema de frenos podría verse afectado y tener averías, empeorando la seguridad de todos.
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